viernes, 26 de octubre de 2012

Atalayas de la Comunidad de Madrid

A menudo en nuestro caminar por sendas y veredas nos topamos de una forma más o menos fortuita con restos de antiguas edificaciones, testigos mudos del paso del hombre por esos lugares. La curiosidad y la intriga con la que nos acercamos a dichas ruinas se mezclan con el arte adivinatorio, y se hace indefectible elaborar teorías sobre lo qué pudo ser en su día. Simples cercados para el ganado pasan a ser castros celtas en nuestra imaginación, colmenares abandonados se convierten en granjas medievales y majanos pétreos en ricas tumbas visigodas. Sin embargo hay construcción evocadora por excelencia: las torres.
Atalaya del molar

De estas atalayas podemos decir que son estructuras cilíndricas de mampostería más o menos trabajada, asentadas en algún afloramiento rocoso, con un diámetro que oscila entre los cinco y seis metros y una altura de 12 o 13 metros. Los gruesos muros de metro y medio de ancho, dejan sólo un habitáculo de tres metros.Entre los ríos Guadarrama y Jarama se encuentran salpicadas varias de estas atalayas, construidas en el siglo X por Adb al Ramahman III tenían como objetivo el proteger los accesos a las medinas mas importantes como Magerit y Talamanca, amenazadas desde finales del s.IX por incursiones castellanas que cada vez presionaban mas desde el norte.
El acceso pequeño y en alto permitía resistir mejor un asalto del enemigo y a través de él se llegaba a una estancia y sobre ésta otras dos a las que se accedían mediante un hueco en suelo de madera. De una planta a otra se accedía con una escalera de mano, quizás la misma que servía para acceder por la abertura exterior. En estas estancias convivían los vigías encargados de dar alerta cuando fuese perceptivo encendiendo una hoguera en lo alto de la atalaya.
La privilegiada situación de las atalayas permitía formar una red que interrelacionaban entre ellas: El Vellón, El Berrueco, Venturada y Arrebatacapas (a las que habría que sumar las desaparecidas de El Molar y Torrelaguna) se encargaban de vigilar los ríos Jarama y Guadalix, mientras que Torrelodones y La Torrecilla, observaban el paso del rio Guadarrama.
· El Vellón: Se encuentra a la derecha de la carretera que une El Vellón con Talamanca del Jarama a través de El Espartal. Enlaza con las demás atalayas y la ciudad de Talamanca.
· El Berrueco: La mas septentrional , se sitúa entre El Berrueco y El Atazar, en una finca ganadera y vigila el acceso desde Somosierra a través del valle de Lozoya
· Venturada: Localizada en la entrada de la urbanización Cotos de Monterrey en la N-I, vigila la cabecera del rio Guadalix y su acceso desde los puntos más occidentales (como el puerto de la Fuenfria)
· Arrebatacapas: Sita entre la carretera local de Torrelaguna a El Berrueco, y vigila el paso por el arroyo de San Vicente. 
· El Molar: Recreada recientemente, estaba ubicada a un kilometro de El Molar en la antigua carretera de Francia (de hecho su destrucción se debió a las obras de construcción de la misma en el s.XIX). Vigilaba el paso por el rio Guadalix y su ubicación original coincide con el hito geodésico.
· Torrelaguna: Sabemos de su existencia en pleno casco urbano en el s.XVII, sin embargo hoy en día no queda nada de ella. Se cree que esta atalaya da origen al nombre de la villa.
En torno al rio Guadarrama, se ubican las atalayas de:
· Torrelodones: Situada a la vera de la N-VI, en la carretera que une Torrelodones y Galapagar, en la urbanización Las Marías. Transformada por sucesivas actuaciones en un castillejo que en nada se parece a su original, al que se ha adosado una estructura rectangular. Su excelente ubicación vigilaba el acceso desde el puerto de Valathome a Madrid y al igual que la de Torrelaguna es el embrión que da nombre a la villa.
· La Torrecilla: Ubicada en las estribaciones de la Sierra de Hoyo de Manzanares, vigilaba el paso entre el valle del Manzanares y el del Guadarrama. Generalmente asociada a un atajo para la trashumancia. Apenas se conserva un zócalo de mampostería y varias hiladas de la otrora imponente atalaya del collado de la Torrecilla
Estas dos últimas torres no forman una red, aunque comparten un mismo espacio, se supone que serian puestos avanzados de Madrid y de Calatalifa (Villaviciosa de Odón).
Atalayas de la Comunidad de Madrid
Con la conquista en 1085 de Toledo por las tropas de Alfonso VI, todas estas edificaciones de carácter defensivo caen en desuso y poco a poco se van desmontando y siendo utilizado con otros fines que los inicialmente previstos por Adb al Ramahman III.
Recorrer las rutas que antaño unían las atalayas y contemplar desde su ubicación las excelentes panorámicas que ofrecen. Este es el mejor ejercicio de recreación histórica que podemos hacer, rendir homenaje a estos centinelas que a tantos viajeros han observado, guerreros y caballeros, campesinos y pastores, buscavidas y maleantes que han encontrado refugio en sus muros, al abrigo de tempestades de truenos de cielo y de cañones.
Emergen ahora altivas buscando ser abrigo en pleno siglo XXI, y ser recordadas a nuestro paso como torres que no cayeron, que sobrevivieron a regiones y religiones, a guerras y guerrillas sin perder el norte, ni el sur.

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